Mostrando entradas con la etiqueta Estudios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estudios. Mostrar todas las entradas

lunes, 31 de enero de 2011

Cosas del Vivir: Yo grito "¡Psicopompo!"

Terminados los exámenes, no me queda otra que prestarle atención al mundo en el que vivo. Así que intento hacerlo, de vez en cuando, para saber más o menos qué hay a mi alrededor.

Créanme cuando les digo que me arrepiento.


Está pasando algo en el mundo, y ese algo es que se ha puesto de moda estar loco. No existe un fundamento para esto, simplemente ha sucedido...y ya está. De pronto, sales de casa y ya no oyes el típico "Qué paranoia", no, oyes a personas que dicen sufrir de esquizofrenia paranoide sin saber siquiera lo que eso es. Y miras a tu alrededor, preguntándote qué demonios pasa, y sólo descubres todo el mundo sufre alguna dolencia psíquica como si una plaga de malintencionadas enfermedades mentales hubiese decidido que es el momento perfecto para atacar a la inocente población mundial.

Entrando en el tremebundo universo de las vivencias propias, hace menos de una semana una chica se me acercó y me confesó en tono confidencial que a veces oía voces que le decían que tenía que matar. Así, tal cual. Tú estás comprando el pan y de pronto la voz de Pep Antón (el doblador de Hugh Grant, para que nos entendamos) te comunica que sería una idea impresionante, la mejor idea del mundo, clavarle esa barra de pan en el ojo a la panadera.

Lo estás deseando...


Otra chica me confesó que padecía trastorno bipolar porque, según ella, había desarrollado otra personalidad llamada (atención, que llega El Acojone) MIKE SPENCER en la que se convertía cuando se enfadaba. Teniendo claro lo que es en realidad el trastorno bipolar, no sé qué es peor...que ni se haya informado mientras se inventaba una enfermedad o que le haya puesto Mike Spencer.

Este señor es Mike Spencer y sale en google.
Ahora, imaginen que vive dentro de ustedes y que puede
controlarles si le apetece.
Sí, escalofriante...
Hasta aquí, las cosas son más o menos normales. Y digo esto porque, como en otras entradas ya he dicho alguna que otra vez, conservo cierta fe en la humanidad. Lo que nunca me quedará claro ni llegaré a asimilar es el por qué hay gente que finge estar obsesionada con la sangre y con matar.

Es decir, vale. Cuando tienes un trastorno mental de esos de mentira (aunque ni sepas distinguir los tipos de esquizofrenia existentes, ni sepas que un trastorno bipolar no es lo mismo que un trastorno disociativo, ni hayas pisado una consulta psicológica o psiquiátrica en tu vida, pero aún así creas ser capaz de realizar un fiable autodiagnóstico) se forma a tu alrededor un escudo de ondas atrayentes que te colman de amigos que sienten por ti algo entre la pena y la fascinación. Muy bien, eso es inocente dentro de lo que cabe. Pero, de pronto, alguien aparece y te dice que la sangre es lo único que le gusta en la vida y que la muerte es su mejor amiga y entonces o te ríes mucho y alto o Carlos Sobera empieza a envidiar tu capacidad para enarcar las cejas.

Me hipermegachifla la sangre, jo.
En serio, de verdad.
Osea...¿tengo algo en el pelo...?
Seamos realistas. Que sé que cuesta, que sé que es duro dejar por un momento de parecer alternativo y OH, AH, increíblemente cosmopolita (gente de 15 años que dice estar harta de orgías, alcohol y drogas...esa gente) pero merece la pena intentarlo. ¿En serio me dirías que te encantaría comerte un globo ocular o ver cómo torturan a alguien hasta la muerte? De hecho...¿te gustaría que ese ojo fuese tuyo o que te torturasen a ti?

¿Tienes siquiera la fortaleza testicular como para sacarle la lengua a un policía de lejos sin hacerte popó? Porque si la respuesta a eso es no, siento decirte que en el mundo del crimen violento no hay futuro para ti. Digamos todos "ooooh...".

Pero existe una triste realidad. Y esa triste realidad es la que implica que para tener amigos hay que ser diferente y cuanto más alternativo mejor. Qué habrá más alternativo que la enajenación mental y el amor por la sangre, mucho más ahora que el psicokiller está de moda.

Pues nada.

Y es por eso que yo agito mi puño enfurecido y grito "¡PSICOPOMPO!". Porque es probable que muy pocos de los que fingen enfermedad mental sepan qué significa esa palabra y qué muchos se la atribuyan como nueva enfermedad.

Tiempo al tiempo.

El manicomio terminará hasta arriba de casos de psicopompia.

lunes, 11 de octubre de 2010

Cosas de Bien: Estudiar Criminología.

Desde que me rendí en lo que respecta a mi futuro periodístico, estuve buscando la carrera que pudiera hacer que avanzase en el mundo sin meterme muchas más ostias de las necesarias. He terminado estudiando Criminología.

¿Por qué Criminología? Porque quiero especialzarme en Psicología Criminal pero esa es la razón ABURRIDA y nadie viene aquí a aburrirse. ¿Verdad? ...

...

¿Hay alguien? Me siento sola y hace frío...

La cuestión es que últimamente hay un boom criminalista. Desde series de televisión como CSI, Mentes Criminales, Bones, Lie To Me o la mil veces infame Castle, hasta libros del tipo Millenium se nos está bombardeando con detectives guays, cultos, de enorme sex-appeal sólo comparable a su perspicacia y su agudeza mental. Además, no se queda ahí la cosa si no que se luce todo un arsenal de herramientas de investigación (algunas de ellas inexistentes) y métodos dudosos de llegar a resolver un crimen. Desde Shrelock Holmes hasta los investigadores "famosos" modernos se ha olvidado que el crimen no es una banda de drogas -> traición -> sexo -> putas -> gran fortuna -> asesinato. El crimen comprende desde un señor tirándose un pedo en un ascensor hasta un señor que por X o Y haya decidido liarse a tiros en un centro comercial y suicidarse.

El crimen no es glamour. Por eso, además de porque es un tema fascinante e interesante a la par que útil, me decidí a estudiar Criminología hasta poder estudiar Psicología.

Cada vez que alguien me dice, por ejemplo, que admira a Charles Manson o que la Condesa Bathory le parece una mujer notable y excelente yo muero un poco por dentro. Se está perdiendo un concepto importante y ese concepto importante no es, ni más ni menos, que un asesino es un criminal y que, por lo tanto, ha hecho algo que no debe ser digno de admiración. También se olvida que, normalmente, son personas enfermas y que los criminales brillantes son más bien escasos.

Ya lo sé, ya lo sé...he vuelto a meterme en el tema aburrido. Permítanme que salga de ahí con un inteligente recurso digno de Perrito Peluso.

¡Miren, a lo lejos! Una gallarda figura se aproxima. No puede ser otro que Horatio Caine. Aplausos por favor. ¡APLAUSOS, les digo!

Parece que este cadáver está...
...
...muerto.


YEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEAAAAH!!!


Sí, lo han adivinado astutos lectores. No estudio Criminología para amonestar a esos picaruelos amantes de horribles criminales ni para resolver delitos, ni siquiera para instruirme. Mi único objetivo es que cada vez que diga algo, por estúpido que sea, Roger Daltrey grite "YEAAAAAAAAAHHH!!!" detrás de mí. Y eso es todo. ¿Quién no querría tener la chulería, el porte, la elegancia y el saber estar de Horatio Mutherfucking Caine?

¿Qué? ¿Qué oigo? ¿Grissom dicen algunos? Pero bueno, QUÉ TONTERÍA es esa.

Esa expresividad capaz de rivalizar únicamente
con la de un ladrillo especialmente inexpresivo, ese
mirar analítico y casi perruno, ese traje acartonado...
Pero no lleva gafas de sol.



Duelo de titanes aquí, en Ostras con Corbata. Si me permite el señor Caine, le haré una pregunta comprometida. Dígame, señor Caine...¿duerme usted con esas gafas de sol o se pone otras?

H: Para dormir me pongo ... las gafas de lejos.
RD: YEEEEEEEEEEEEAAAAH!!!

Oiga, señor Daltrey, baje usted el tono que estamos siendo serios. Dígame, señor Grissom ¿no querría usted ser un poco más como el señor Caine? ¿Eh, eh, eh, eh?

G: Verá, señorita, desde el análisis racional y la deducción analítica a través del cáncer estómacal de esta hormiga especialmente diminuta he llegado a la conclusión de que el señor Caine es un excelente criminalista que...a la mierda. Es un imbécil. ¿Vale? Ya está. No hay manera de tomarse una copa tranquilo con él, todo el día gafas arriba y gafas abajo con el gritito.

Envidia, envidia cochina eso es lo que es.

Y después de este trepidante debate de dos preguntas sin tema alguno a debatir lleno de tensión y elegancia, llega la hora de La Verdad.

Estudio Criminología porque es indeciblemente divertido, absolutamente faiatornadeante y en resumen muy guay (#blogeandoenlos90) poder decirle a alguien que está aprendiendo por qué las Matemáticas son divertidas lo siguiente:


"Hoy he aprendido a hacer un interrogatorio con intimidación y a distinguir una mancha de sangre de velocidad de una de impacto."

Y, además, que no sea mentira. Sólo un poco. Vale, es mentira. Hoy he aprendido que Uruguay es más feliz que Honduras. Pero da igual, eso los demás no lo saben. Y punto.

Vaya, pero qué entrada más mala. Da igual, por lo menos se pueden reír de su completa inutilidad y carencia de estilo. Ala, a reír. Nos vemos en la próxima entrada de Ostras con Corbata y sean buenos, una persona que conoce la felicidad de Uruguay puede meterles en la cárcel y eso es más triste que el hecho de estar en la cárcel en sí.