miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cosas Raras: Preadolescentes.

Mi prima ha cumplido este año los doce. Doce caóticos y terribles años. Está en esa fase de su vida en la que grita cada dos por tres "Soy muy mayor para esto y muy pequeña para lo otro" y en la que muestra una rebeldía, en general, sin ningún tipo de sentido. Para agravar la situación, me ha tocado pasar con ella y su amiga de trece años ocho horas en un coche.

Lo primero que me desconcertó de la situación fue que el respeto que antes me mostraba se hubiese convertido en burla y algo de vulgaridad de serie de televisión. Me miró con algo entre desprecio y "Eres mayor, eres el MAL" y me pegó un empujón. Así, sin haberle dicho yo nada. Lo bueno: Tengo derecho a cocerle la nuca a ostiacas secas. Lo malo: Su amiga le siguió el rollo y a ella no puedo cocerla.

Después de eso, no sabía exactamente qué esperar de esas extrañas niñas que abrazaban unos peluches de Bob Esponja a la vez que a revistas de preadolescentes tipo "Bravo" y "Superpop" (¿sigue existiendo eso?). Es decir...a su edad yo estaba pasándome todos los juegos que podía y aprendiendo a jugar a la PS2 con los pies...todo era confuso, una dimensión desconocida. Hablaban de películas que yo o no sabía que existían o simplemente había ignorado, de música que para mí era completamente desconocida, de actores que ni me sonaban...y teniendo sólo 18 años sentí la terrible descompensación generacional.

Mientras empezaba a sentirme como mi abuela, saqué un libro que compré en EDICIÓN ULTRAESPECIAL para leer un rato y que las ocho horas pasasen lo antes posible...y sucedió.

Mi prima y su amiga habían decidido que sería mortalmente divertido empapar mi libro. Mi edición especial. Mis 50 euros.

Seguía sin comprender su mecánica. Es decir, me gusta molestar y mucho pero meterse con las cosas obscenamente caras de los demás es serio. Asi que debo decir, con gran orgullo, que me vengué de la forma más cruel y deliciosamente tiránica y despótica de dos crías.

Paramos en una gasolinera. Bajamos. Me hice con su revista y la abrí por la mitad. Desde las hojas, los Jonas Brothers me miraban con unas sonrisas tensas bastante consecuentes y razonables dada su Cruzada del Anillo de Ópalo. Ellas me miraron primero con curiosidad, luego con extrañeza y, por último, con el más absoluto y terrible pánico cuando empecé a partir la revista por la mitad sonriendo con toda la benevolencia del mundo.

 
Disney vuelve a hacerlo, amiguitos. Destroza "La Sirenita" y el concepto MÚSICA
en 2 minutos y medio con una sola canción. ¡Bravo, bravo!

Como miembro más joven de los adultos de la familia, mi deber es cuidar de las crías y los miembros más débiles de la manada (así lo dijo mi madre, tal cual) y, por lo tanto, tengo autoridad suficiente como para impartir justicia sin sufrir consecuencias. Romper esa revista por la mitad supuso una de las mayores satisfacciones de mi vida (eso habla mucho y no muy bien de mí. Bravo y viva) y el comienzo de mi vida como líder respetable.

La cuestión es que no soy capaz de comprender la mecánica de la adolescencia de hoy en día. No comprendo que sigan ciegamente consejos como "Lávate los pechos con agua fría y crecerán más" (la absurdez conoce a la ciencia ginecológica) o "La falda más corta que tengas hará que se fije más en ti". Son cosas que me desconciertan por su increíble falta de sentido y el contraste que hacen con mi propia preadolescencia en la que me daban radicalmente igual mis tetas y nunca me puse minifalda, mucho menos para que un señor hipotético se fijase en mí.

Y todo esto sin entrar en "LOKA MAGAZINE". Creo que haré una entrada entera sobre LOKA MAGAZINE. Sí, es una idea excelente.

¡Rápido! Que alguien imagine una frase de cierre de entrada convincente mientras me desvanezco en una voluta de humo.

7 comentarios:

  1. Mi prima de 13 (¿o eran 14?) es exactamente igual. Sé muy bien lo que sientes.

    Eso sí, romper la Super Pop fue demasiado. DEMASIADO te digo. Sinverguenza...

    ResponderEliminar
  2. Oh Dios! Esa canción me he hecho sangrar los oídos y el amor por Disney...
    Buen comentario.

    Te dejo aquí mi blog.. aunque lo acabe de abrir hoy y sea una caquita minuscula entre un mar de islotes.
    http://22osososos.blogspot.com/


    Saludos, 1Ososo
    PD: yo también habría hecho lo mismo que tú.

    ResponderEliminar
  3. A partir del próximo miércoles, me las tendré que ver con una chiquilla de 1º de la E.S.O. ¿Me respetará? ¿Me temerá? ¿Me tomará por el pito del sereno? ¿Tal vez un poco de cada?

    ResponderEliminar
  4. Creo que para terminar vendría bien un:

    "Los 12 son terribles, no quiero pensar ni como fueron mis 16"

    o también:

    "Nadie escapa, nadie está libre de pecado, todos caímos en el pavo."

    PD: pues no sé que ocurre con su correo, debe estar maldito. Pruebe ustd a enviar un mail a "spinzzomer@gmail.com" y veremos si se resuelve el misterio.

    ResponderEliminar
  5. Mi primo también está en esa etapa. La empezó hace como 2 o 3 años y es un terror. Cómo es tío, aún la cosa es peor. A veces se me engancha a la pierna si no lo cojo al brazo (¿?), me quiere tirar bocados, tengo que soportar que se lleve juegos de mi consola con la promesa de mi tía de que los cuidará, y 1 años y 6 meses después aún lo estoy esperando a mi juego, y cosas así... me caía bien, pero después de enumerar todo esto, creo que lo empezaré a odiar.

    ResponderEliminar
  6. Muy bien hecho. Que se jod** ellos y los Jonas Memos.

    De todas maneras, cuando sean adolescentes, ya verás, ya verás... Esos son más insoportables e idiotas aún.

    ResponderEliminar

Cosas inteligénticas