jueves, 3 de marzo de 2011

Cosas del Malpensar: Llegamos a un mundo fantástico lleno de seres extraños.

Juego al rol y no he matado a nadie. El hecho de que al cabronías gracioso, graciosísimo, tan tremendamente hilarante en su genialidad, que tuvo la maravillosa idea de añadir un "...aún" a esa frase quiera cortarle las gónadas y hacérselas tragar es un tema completamente distinto. 


Creo que alguna vez, en alguna entrada, en algún momento de mi vida he comentado el hecho de que está de moda estar loco (mi genial intento de parecer ajena al contenido de mi propio blog, movimiento maestro donde los haya). Si al factor demencia le espolvoreas una pizca de videojuegos, le añades una ramita de internet y lo sazonas con un poco de rol, aparece lo que he tenido a bien bautizar como Locura Extrema From Outter Space™. 


Este joven de aspecto saludable y prometedor raptará
a sus hijas, matará a sus mujeres y violará a su ganado.
No necesariamente en ese orden.


Lo admito, es algo que soy incapaz de negar, soy una friki de manual y de las de la vieja escuela. Cuando iba por mi casa reptando patéticamente con un pañal que pesaba más que mi cuerpo ya hacía tiradas a Moverse Sigilosamente para llegar al tarro de las galletas sin que me descubrieran (todo pifias, por si a alguien le interesa mi éxito). Me he criado aprendiendo estas básicas reglas: 1. Leer es bueno. 2. Leer cosas que se pueden jugar es muy bueno. 3. Jugar mientras se lee es el colmo de la bondad. Esas tres sencillas normas iban acompañadas por: Si estoy jugando en casa, no me haré daño. Si no me hago daño, seré feliz. Si soy feliz, tendré más tiempo para jugar. Ergo, videojuegos=Cristo BIEN (me perdonan aquí una pequeña referencia a cierto colega con boina que tengo). Leí la Dragonlance, ESDLA, a Pratchett y a Stephen King antes de saber que existía algo llamado pene y para cuando empecé con Harry Potter ya era demasiado tarde como para salvarme. Toda mi vida he evolucionado, he cambiado y he madurado pero siempre ha vivido en mí un rasgo que no creo (ni quiero) que vaya a cambiar nunca, y ese rasgo es ser una friki de pro. Y me siento orgullosa de ello, gracias.


Inocente de mí, siempre pensé que era algo bueno. Las implicaciones negativas no se me pasaban por la cabeza viendo que a mis padres les hacía mucha más ilusión que tuviese la nariz metida en Canción y Silencio en lugar de en cosas de esas de endroguinarse. Pero me equivocaba. 


Desde el Asesino de la Katana, que hizo tristemente célebre la saga Final Fantasy, y el Asesino de la Baraja que le dio un nuevo y trepidante significado a la palabra rol, todo aquel mínimamente interesado en el mundillo se convierte en un criminal a ojos de la sociedad. Y eso no estaría tan mal si los que yo tengo la bondad de llamar neofreaks no lo viesen bueno


¿Ha dicho alguien...
...rape time?

Básicamente, de la mano de la moda de la locura está la moda del frikismo. Ahora cualquiera es un friki. Que has oído media canción en japonés, eres un friki. Que has visualizado unos segundos de la siempre infame Naruto por error, eres un friki. Que por casualidad un día sin saber demasiado bien por qué abriste un libro, eres un friki. Cuando descubres que lo eres, sólo hay dos caminos que tomar: Negarlo todo y seguir con tu vida normal...o empezar a seguir la corriente. 


La segunda opción es un arma de doble filo.


He de admitir que a veces se da el caso de que alguien empiece a asumir la idea de que le gustan ciertas cosas a partir de una casualidad, y partiendo de ese punto se forma a sí mismo y adopta una identidad. No lo niego y me parece muy bien. Lo que quiero decir es que cada vez conozco a más gente que habla de ser friki, de lo mucho que le encanta y lo muy bien que se le da. Haciendo gran énfasis en la cantidad de gente a la que quiere matar y cómo y en la absurda cantidad de dinero que se gastará comprando cosas que no le gustan para destruirlas mostrando envidiable rebeldía. Mientras relatan con todo lujo de detalles cuántos trastornos psicológicos padecen, haciendo hincapié en una sociopatía inexistente, y en sus tremendas ganas de despedazar y hacer sacrificios a su dios, te confías y preguntas "¿Qué clase te gusta jugar en D&D?"


Craso error.


La primera reacción suele ser una mirada entre el desconcierto y la confusión. Después, algo se conecta y se identifica algún elemento de la oración. La respuesta verbal suele ir por los derroteros de "Ah, sí, D&D...bueno, es que juego mucho y ahora no lo ubico". Este es el punto en el que Gary Gygax empieza a revolverse en su tumba. Pero uno sigue teniendo fe porque es difícil encontrar a alguien realmente interesado últimamente, no seducido por la mala fama y el morbo de lo siniestro, y pregunta "¿A qué sueles jugar?". Si alguien verdaderamente tiene algún interés por saberlo, en general la respuesta suele ser Vampiro (que me gusta bastante, para qué mentir) o Ánima (que siempre me ha parecido absurdamente complejo). 


Señoras y señores, es ahora cuando empieza lo verdaderamente extraño.


Por alguna razón, existe la creencia de que llevar la contraria es bueno y proporciona toneladas de sex-appeal. Junto a ella, se sitúa el ironía=gracioso y el sarcasmo=ironía. No niego que la ironía y el sarcasmo sean recursos que uso en un 90% de mis comentarios (a quien encuentre la ironía y el sarcasmo aquí, un viaje a los ultramarinos más cercanos), pero hay casos en los que llevar la contraria es sólo irritante. 


Si alguien me dice que el universo de D&D está inspirado en la obra de Tolkien, es casi seguro que discuta largo y tendido qué sí y qué no y por qué eso lo hace tan fantabuloso. Si alguien me dice que D&D es un plagio barato de Insertar Nombre de Juego al Azar, entonces tenemos un problema. 


Pero esto no tiene que ver en absoluto con nada. De hecho, es más bien un montón de quejarse porque sí pero a todo el mundo le encanta la gente que se queja porque sí y hace agudos comentarios afilados como cuchillas. Jiji, jaja y todo eso. Creo.


La cuestión es que las personas interesadas por el mundillo que conozco y de las que oigo hablar cada vez tienen menos interés real por lo que me atrajo de él y mucho más por las leyendas urbanas que lo rodean y la extraña (y paradójica) moda de ser diferente


Amigo mío, si estás leyendo esto y tienes dudas con respecto a tus verdaderos intereses en la vida sólo te daré un consejo: Haz lo que quieras si eso es lo que te hace feliz, pero hacer lo que hacen otros sólo porque es moderno o crea en torno a tu persona un interesante halo de gotiquismo injustificado...entonces deberías dar un paso a la derecha justo donde no tengo una trampilla secreta. 


Porque esto del rol y los videojuegos no es mentes oscuras, niños aislados con terribles traumas o sociópatas que se pasean por la calla con bolsas de dados atadas al cinturón. Lo que menos he conocido en mi vida es personas relacionadas con ello que reunieran esas ilustres y maravillosas (quién lo duda) características. Por conocer, he conocido hasta hobbits. Esto no consiste en ser el que más cadenas lleva o el que más lejía le echa al agua con la que se aclara la piel. De hecho, el mayor encanto que tiene es el de llegar a creer firmemente que el hombre perfecto es Gimpy (Undergrads). Créanme cuando les digo que ver una película con el piloto Dungeon Master puesto no tiene precio. Si no disfrutas con tus hobbies, algo falla...en esencia, todo lo que implica la palabra "hobby".


Y, si me disculpan, tengo prisa. He olvidado encender las velas del santuario en el que lleno de energía del maligno los dados tallados en huesos de virgen que consagro cada luna llena a su Oscura Majestad. 

2 comentarios:

  1. Yo también fui un rolero adolescente.

    Dicho esto, estoy completamente de acuerdo con usted. La de gente que me encontré que jugaba porque molaba ser diferente. Que luego no les gustaba, eh. Que se lo pasaban MAL. Que no querían tirar los dados porque les parecía una tontería. Pero, eh, eran DIFERENTES.

    También conocí frises. Muchos frises. Frises que daban miedito. Frises que vivían por y para el rol. Y oiga, eso tampoco, eh. Açò no toca.

    Por último, un disclaimer: la expresión Cristo MAL viene de Miguel Noguera, cómico al que detesto, pero cuya ocurrencia me hizo gracia. Qué le vamos a hacer.

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  2. Saludos.
    Como ex-rolero de mis tiempos mozos he de darte la razón en que un alto porcentaje de personajes se acercaban al "mundo friki" por aquello de ser un poco diferentes o por ser unos 2sinamigos" que buscaban tener con quien hablar de algo (que existe ese pequeño sector de gente gris y triste al que no has hecho referencia en tu post)... el caso es que a estas alturas como bien dices con tan solo haber ojeado el trailer de "Cancion de Hielo y Fuego" ya eres un friki de los gordos a los ojos de la gente.
    En mi entorno laboral me vieron dibujar cuatro garabatos en un papel y, sin siquiera acercarse a mirar lo que estaba dibujando, ya adquirí esa extraña aura de friki que a dia de hoy aún perdura.
    Las modas es lo que tienen, sobreexplotan algo y al final pasa lo que pasa...que cansan.

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